Entrevista a Victoria Muñoz

Entrevista a Victoria Muñoz
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Victoria Muñoz Iglesias es una coruñesa que actualmente trabaja como investigadora postdoctoral en el Centro de Astrobiología del CSIC-INTA, en Madrid. En ingenyus* tenemos el placer de charlar con ella sobre la investigación en astrobiología, sobre el origen de la vida en la Tierra, su paso por California como postdoctoral fellow en la NASA o su valoración sobre el papel de la investigación en Galicia y España.

Actualmente estás trabajando como postdoctoral researcher en el Centro de Astrobiología de CSIC-INTA. ¿Qué hace una química en un centro de Astrobiología?

El CAB tiene laboratorios muy bien equipados, y además llevados por una amplia variedad de técnicos y científicos  (químicos, geólogos, biólogos y físicos). Empecé como química utilizando espectroscopía Raman, para realizar, por una parte, análisis in situ de reacciones químicas a baja temperatura y alta presión de minerales sintetizados en el laboratorio y, por otra parte, análisis de muestras traídas de análogos terrestres de Marte (Islandia, Antártida, Atacama, Río Tinto). El hacer la tesis doctoral en geología me permitió poder aplicar los resultados químicos a la geología extraterrestre.

En estas fechas se habla mucho de investigación básica, ¿por qué es importante el estudio de la astrobiología?  ¿El resultado de vuestro trabajo tiene aplicación en nuestra realidad cotidiana? ¿aplicación potencial?

La astrobiología combina todas las ciencias básicas. En el CAB, como he comentado, hay químicos, geólogos, biólogos y físicos trabajando juntos, y el resultado de esa sinergia son hipótesis y descubrimientos innovadores.
El primer paso de la astrobiología es el estudio del origen de la vida en la Tierra, para buscar análogos extraterrestres. Esto no quiere decir que no se estudien también biologías alternativas y diferentes a la terrestre basada en el agua. Pero el primer paso es una cuestión aún sin resolver en la Tierra. Aún no sabemos nuestro origen.
Por otro lado, en el centro se desarrollan equipos que pueden ser usados en otras disciplinas como la medicina. Por ejemplo, el desarrollo de tests de anticuerpos, espectroscopías que puedan detectar anomalías en tejidos celulares, etc.
También se estudian materiales que soportan condiciones ambientales extremas que podrán ser utilizados en aquellas zonas de climas poco confortables para el ser humano que están o vayan a estar habitadas en algún momento.

La astrobiología puede sonar a ciencia ficción; ¿durante tus estudios universitarios pensaste en algún momento dedicarte a este campo?

No. De hecho, hice un curso de Astrobiología pero por entonces, efectivamente, me sonaba a ciencia ficción. No me lo tomé en serio y jamás pensé dedicarme a esto. Empecé en la astrobiología tras 1 año de terminar la carrera, tenía muchas ganas de empezar a trabajar, y tras pedir varias cosas cogí la beca que me dieron del INTA. Estoy de acuerdo con la madre de Forrest Gump, la vida es como una caja de bombones. Por supuesto, hoy me encanta y me siento muy afortunada de poder dedicarme a esto.

Puestos a imaginar, una pregunta inevitable es tu paso por la NASA como postdoctoral fellow, ¿podrías contarnos tu etapa en California?

Fue muy duro pero aprendí muchísimo. No la disfruté todo lo que me hubiese gustado porque el choque cultural fue más grande de lo esperado y me costó mucho tiempo adaptarme. Aun así, tuve la oportunidad de conocer a mucha gente y otra manera muy distinta de hacer ciencia. Me fui con un sabor agrio porque sentía que no había aprovechado al máximo la estancia, pero al volver a trabajar a España me di cuenta de todo lo que absorbí esos 2 años. Desde luego, supuso un antes y un después en mi vida tanto personal como laboral.

Hay quien dice que para investigar hay que tener vocación, ¿de pequeña soñabas con la investigación?

Pasé por varias etapas. De pequeña quería ser astronauta como muchos niños de 5 años. Después tuve un profesor en primaria que me decía que sería un buen médico, y la verdad que me gustaba la idea. Como adolescente perdí un poco la ilusión y el ritmo, nunca dejé de estudiar pero no sentía un especial interés por nada. Fue una etapa en la que lo pasé mal porque me sentía desorientada. Escogí estudiar Química simplemente porque de lo que había en la Universidad de Coruña era la asignatura que mejor se me daba y menos esfuerzo me requería.

Vender la ciencia como algo atractivo no es tarea sencilla y acercarla a la sociedad es un reto complejo, ¿en qué elementos crees que podría incidirse?

Tras la falta inicial de vocación, todo cambió según fueron pasando los años en la Universidad. Cada año disfrutaba más que el anterior, y creo que fue una sensación compartida por más estudiantes. La carrera estaba muy bien estructurada (te das cuenta años después), cada año aplicabas lo del anterior a los nuevos conocimientos. Además, en nuestro caso no tuvimos especialización a mitad de carrera, lo que nos permitió acabar con una comprensión amplia y global de las principales ramas de la Química: analítica, orgánica, inorgánica, bioquímica y física-química.
En este interés resurgido por la ciencia en mi etapa universitaria también influyó el hecho de que, de repente, te ves rodeada de gente nueva con algo grande en común y, sobre todo, con muchas ganas de conocer mundo.
Aprovecho para pedir al que lea esto el apoyo a la enseñanza pública. Una sociedad en la que todos tengan la oportunidad de formarse y progresar es fundamental.

¿Qué le dirías ahora a tu yo de 18 años?

Todo lo que nos dicen los padres, pero con esa edad no lo entendemos… Quiere mucho, a ti y a los que te rodean. No dejes de soñar. No pierdas la ilusión. Si alguien te insulta, el problema es de la persona que insulta, no tuyo. Lucha por conseguir tus metas, pero sin olvidar nunca tus principios. Ten empatía, las personas se comportan de una manera en base a sus experiencias en la vida. Sé paciente. Disfruta cada momento, el tiempo vuela. Sé buena persona y ayuda a los demás siempre que puedas, la gente puede tardar pero al final te responde con lo que le das. No te amargues por lo que no depende de ti. En realidad esto se lo sigo diciendo a mi «yo» de 35…

¿Cuáles fueron los principales elementos que te han dificultado de tu trayectoria profesional?

Los peores problemas no suelen ser los relacionados directamente con el trabajo en sí, sino con las relaciones sociales en el trabajo. Da igual que hagas muy bien tus tareas si después no sabes relacionarte con tus compañeros. A veces tenemos tendencia a sumergirnos demasiado en lo que estamos haciendo y dejamos menos tiempo del que deberíamos para hablar con nuestros colegas. Pero lo segundo, también es una tarea más del trabajo. Un equipo, si consigue trabajar bien, siempre va a ser mucho más productivo que un solo individuo. En ciencia es demasiado fácil caer de manera un poco inconsciente en el aislamiento, porque el relacionarte con los demás no es una tarea implícita, tiene que salir de uno mismo.

A nivel personal, mi físico me dificulta el ser escuchada y respetada a veces. Suena mal, pero es la verdad. Soy una mujer pequeña con un tono de voz bajo, y en ocasiones solamente con agresividad consigo ser escuchada. Esto es algo que me cansa y me frustra en ocasiones. Hay que hacer entender a la gente que el físico o la manera de hablar no determinan la relevancia de lo que uno dice. Por comodidad, se atiende siempre al que más impone porque requiere menor esfuerzo, pero eso tiene que cambiar. La solución no es que tengamos que gritar para ser escuchados. Hay que romper con los clichés.

Hay que hacer entender a la gente que el físico o la manera de hablar no determinan la relevancia de lo que uno dice

Y para terminar, tienes experiencia en Galicia, Madrid y Estados Unidos. En una de nuestras últimas conversaciones me indicabas el alto nivel de nuestra investigación ¿realmente es así?

Al haber estado fuera me he dado cuenta de lo completa que fue la carrera de Química en Coruña. Creo que la gente también se sorprendió al ver que alguien de una universidad pública desconocida supiese defenderse en química básica. Estoy segura de que muchos de mis compañeros de promoción no se han visto con un nivel bajo al iniciarse en el mundo laboral.

Pero también he completado y ampliado mucho más mi formación por haber estado en otros centros. Incluso dentro de España hay grandes diferencias, lo que te permite aumentar mucho el punto de vista a la hora de abarcar un problema.

Cuando era estudiante, coincidí con algún adulto que me hablaba de lo importante que es conocer otros lugares y culturas. Les hice caso y probé, y a pesar de que no todo fue un camino de rosas, ahora soy yo la que se lo recomiendo sin lugar a dudas a los estudiantes. Cada experiencia diferente te enriquece mucho por dentro, y con los años te permite valorar más cada cosa que te da la vida.

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